CALENDARIO FANTASMA

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El receso por razones sanitarias obligó a frenar todos los eventos en carpeta. El diagrama del running se puso patas para arriba y no hay certezas de cuándo se retomará la actividad. Bien de Allen dialogó con los organizadores valletanos para conocer cómo los afecta la pandemia de Covid 19. Agenda incierta y horizonte económico lleno de interrogantes.

“Son tiempos atípicos pero como industria sin dudas que a a ser un año muy difícil. De nuestro calendario, ya 4 fechas no se llevaron adelante. Todos los eventos que se suspendieron se van a reprogramar y no podemos salir a ocupar el calendario en dos meses, eso va a ser un trabajo mancomunado para ser prolijos y respetarnos. El consumidor de estos eventos es el mismo”, opinó Gabriel Palmero de ArtStage. La preocupación es conocer cómo quedarán los costos fijos. “Tenemos mucha gente que trabaja eventualmente en cada fecha y obviamente ellos están pendientes porque cuentan con ese ingreso. Asistentes, productores, las empresas que nos hacen las remeras, las medallas, los números. Toda la industria quedó parada“, enfatizó. Por ahora, ArtStage sostiene las convocatorias de octubre como el NQN Corre Nocturno o Ellas Corren. No saben si podrán cumplir con al cita de Cutral Co o el aniversario de Neuquén Capital. “Es una crisis, todo pasa. El tema es ver cómo quedamos cuando pase”, sentenció Palmero.

Pablo González y Alejandro Pellegrini de Multieventos del Valle.

Al igual que la firma neuquina, Multieventos del Valle re-define sus próximos meses de trabajo. “Tuvimos suerte en haber cambiado la fecha de la Doble Apolo, porque si no hoy tendríamos un grave problema. Hubiéramos hecho un gasto tremendo”, expresó Alejandro Pellegrini. “No sabemos qué va a suceder y cómo planificar, porque aunque la pusimos en noviembre, las remeras las pedimos 3 o 4 meses antes. Y no nos animamos a mandar a hacer remeras en julio. Seguramente seguiremos con incertidumbre”, comentó. La empresa tampoco está generando recursos con el tradicional alquiler de vallas. “Se cortó todo el trabajo. Planificar desde cuarentena es imposible, no sabemos cuándo vamos a volver”, resumió.

Pellegrini estima que los eventos postergados, ya encaminados, se harán. Pero es muy complejo organizar desde cero. “No tengo buenos augurios. No nos animamos a invertir. Nosotros también contratamos mucha mano de obra, en servicios como baños, policía, sonido, ambulancias, escenario, locutores… se corta toda la cadena de ingresos. Y aunque pudiéramos organizar un evento, la situación es complicada porque no son carreras baratas por la logística que se arma. ¿A qué cantidad de gente apuntás? Hay gente que no la va a poder pagar. Hay otras prioridades”, sostuvo el roquense.

En Villa Regina, el grupo Geomanía tuvo que pausar la convocatoria para el Indio Comahue. El clásico trekking se hace en mayo y la cuarentena complicó toda la previa. “Nosotros planificamos, teníamos todo porque normalmente en enero o febrero empezamos a trabajar en circuitos, presupuestos, remeras. Cuando vimos que se venía esto, hablamos con los proveedores y pensamos en posponer. Cuando se decidió la cuarentena, dejamos todo“, relató Álvaro Marco. “Ni bien tengamos un panorama, vamos a imponer una fecha. Va a estar complicado porque todas las carreras van a ser septiembre – octubre, será cuestión de ponernos de acuerdo para que todos puedan tener su carrera”, agregó. El grupo no pierde la ilusión de sumar ofertas en pruebas combinadas y de aventura. “Todo depende de cuándo se levante esto”, afirmó.

El equipo de trabajo de Bardas Run en la última edición en Neuquén Capital.

Además de las carreras de fecha única, se suspendieron los formatos de campeonato anual. A esta altura, Bardas Run ya había comenzado a desandar su agenda de competencias. “Es un momento histórico, se paró el mundo. Nuestro rubro es muy complicado por ser eventos masivos, el riesgo de contagios es altísimo así que creo que vamos a ser de los últimos que van a autorizar. La salud es el eje, cuidar a la gente es el estandarte de mis proyectos. Seguiré con la misma filosofía”, nos dijo Martín Romero. Los requisitos sanitarios serían un obstáculo para habilitar la actividad. “El barbijo hay que usarlo pero sabemos que correr con barbijo es muy incómodo. En puestos de hidratación deberíamos desinfectar los elementos, cuidados extremos que son casi imposibles para armar un protocolo”, remarcó.

Romero coincide en que el running no será una prioridad para las familias de la zona. “En esta crisis tan grande, para algunos esto es un lujo. Pero para nosotros es un estilo de vida. Si no hacemos actividad física, nos sentimos mal. No es un elemento de consumo. Pero claro, es lo primero que se recorta y eso complica la proyección”, explicó el profesor. Como organizador anticipa que no abundarán los sponsors y eso incrementará el precio por participar. A pesar del panorama, Romero se mantiene optimista. “Tenemos que estar sanos, ese es el primer paso. Defiendo a los médicos y especialistas que saben de los efectos de la pandemia. Recomiendan permanentemente respetar el aislamiento. Creo que como referentes, debemos ser responsables y no generar más ansiedad. No entrar en la desesperación, en la presión de romper la cuarentena”, enfatizó.

Otra serie de carreras que se frenó es el circuito K21 de Patagonia Eventos. Este campeonato recorre varias provincias, alternando las ciudades anfitrionas. La prohibición de salir de casa congeló a los runners y muchos cuentan los días para ponerse las zapatillas. “Debemos entender que un segmento de la población se caracteriza por hacer actividad física y de por sí tiene un sistema con orden y disciplina, priorizando la salud. Creo que está bueno permitir – con cuidado y controles – que se empiece a practicar. Si no funciona, volver al aislamiento. No es prioritario desde la economía pero sí desde la salud de las personas”, argumentó Diego Zarba. “Creo que vale la pena que cada ciudad, según su realidad, lo organice”, agregó.

El almanaque deportivo está vacío en los próximos meses. Los más valientes apuestan a reactivarlo en el último trimestre de 2020. Volver al ruedo también significa recuperar el flujo económico positivo propio del running. “Hablamos de indumentaria, calzado, la motivación para participar de las carreras, certificado médico. Se estima que hay 500 mil inscripciones al año entre eventos deportivos y eso es movimiento interno, 1.100 millones de pesos en concepto de viajes“, repasó Zarba. El circuito K21 y propuestas similares dinamizan la economía de la ciudad convocante. Alojamiento, gastronomía, regalos o paseos forman parte de los gastos corrientes de cada participante.

La industria enfrenta un duro golpe por la pandemia. Algunas empresas formales cuentan con plantel fijo de empleados y suman contratos temporales en servicios e insumos. “No sabemos cómo vamos a volver ni cuándo, pero se va a sobresaturar el calendario. Va a haber mucha oferta para los corredores y no van a estar en condiciones de correr todos los fines de semana. No se van a poder sostener todos los proyectos porque la gente no va a tener plata”, anticipó Zarba. Por esto, Patagonia Eventos decidió directamente no re-programar las fechas canceladas y esperar las ediciones 2021. “No sabemos como va a responder la gente, no tenemos garantías. Todos vamos teniendo más temores. No veo soluciones a corto plazo. Tengo esperanzas pero me preparo para todos los escenarios”, confesó.