Por Danna Toloza (Ensayo para proyecto de lectura)
«Vivir la locura de encontrarse en la montaña no solo con un equipamiento encima, sino también con la esencia de sobrevivir a lo que nos brinda la naturaleza: raíces, rocas, ascensos, descensos y muchas cosas mas. Correr y caminar con tan solo un objetivo, llegar y terminar con algo que nos gustaría volver a empezar, cuando estamos por largar no vemos la hora de regresar y cuando regresamos no vemos la hora de volver a empezar, de eso que nos desgasta y nos rompe las piernas pero también nos cura el alma. Nos encontramos en la montaña casi completamente solos, o con miles de locos que siguen las cintas que nos guían, nos entretienen y nos atrapan en los senderos, por los cual nos sometimos a enfrentar tan solo como un objetivo mas.
Cuando terminan su carrera, no se van a sentar a tomar mates, y muchas veces ni siquiera te vas a cambias de ropa. Te quedas detrás o delante del arco para aplaudir y felicitar con tanta alegría a los que vienen llegando, en el Trail no tenemos rivales, tenemos compañeros y solo competimos con nosotros mismos. Para esto nos preparamos todo el año o por muchos meses, sufrimos: calor, frio, viento, lluvia; y ni les cuento de las veces que lloramos de dolor, cuando subimos más de diez veces una montaña o entrenamos una hora por día, para después correr y tratar de hacer el menor tiempo posible. Cuando estás en la cima de la montaña te acordás de todo lo que entrenaste y todo el sacrificio que hiciste para subir 6,978mts de altura, se nos completa el alma y volvemos con el alma más transparente que nunca. Se nos titula de locos por el solo hecho de enfrentarnos a la naturaleza o de no parar nunca para bajar nuestros tiempos, lo que no saben es que todo va mas allá del esfuerzo físico, todo depende de nuestra cabeza.
Una vez alguien dijo que para “Soñar hay que vivir y para vivir hay que soñar”. Así es, esos locos que corren, lo hacen porque van cumpliendo esos sueños y esas cosas que parecían imposibles. No se necesita tener el mejor cuerpo, ni las mejores piernas para enfrentarnos a la montaña, se necesitan objetivos y ganas de cumplir lo que nos proponemos. Cuando terminas y cruzas la meta, sabes que cumpliste con vos mismo. Esos locos atrapados en la montaña son lo que están más libres que nunca. ¿Ellos están atrapados en la montaña o son libres?»
Danna Toloza tiene 16 años y forma parte del grupo Alquimia Running de Allen.
Imagen ilustrativa