A lo largo de los años entrenando ciclistas, principalmente niños y especialmente a mi hijo, voy escuchando muchos consejos, como «no lo quemes», «no lo apures», «déjalo que se divierta», «no lo pases de vueltas» y otros varios consejos más, que por supuesto son muy valiosos. Pero ninguno de esos consejos habla de cuál es la medida justa del entrenamiento en un niño y eso para mí tiene un fundamento muy importante, que es el desconocimiento, porque la justa medida del entrenamiento parte del conocimiento del desarrollo EVOLUTIVO de los niños y de los cambios físicos que van produciendo ellos en cuestión de meses y mucho más de un año para el otro.
Ahora bien, yo lo explico con un juego de palabras que abarcan el título de esta nota: «LA JUSTA MEDIDA Y LA MEDIDA JUSTA», ¿Suena lindo, no? ¿Suenan parecido, no? Así es, pero no es parecido para nada. Vamos a desglosarlo, LA JUSTA MEDIDA, resume el volumen y la intensidad del entrenamiento diario, semanal, mensual, semestral y anual (hablando claro y en criollo), si le ponemos nombres técnicos, se refiere a MICRO CICLO (PUEDE SER SEMANAL), MESOCICLO (SEMESTRAL), MACRO CICLO (ANUAL) y en ellos las competencias más importantes del calendario.
Ya con esto podemos vislumbrar que no cualquiera puede trabajar con niños, hay que tener en cuenta para encontrar LA JUSTA MEDIDA, un diagnóstico real de donde esta el punto de partida, que va a derivar en un crecimiento y progreso a pasos agigantados. ¿Saben por qué? Porque los niños son como una esponja de goma espuma, que cuando la mojamos absorbe todo lo que puede.
Ahora vamos a LA MEDIDA JUSTA, que también tiene un volumen y una intensidad según la edad y desarrollo, pero a diferencia de la otra teoría de entrenamiento, se basa en una cuestión nada más que REGLAMENTARIA, si señores, cada edad tiene su categoría, con su correspondiente desarrollo o multiplicación que es la relación CORONA/PIÑON, para que cada categoría corra en igualdad de condiciones mecánicas y de metraje. Nadie se puede hacer el vivo, nadie puede sacar ventaja en este aspecto reglamentario.
Lógicamente la «diversión» tiene que estar en los entrenamientos, pero hay una ventaja muy grande en este punto, los niños se divierten por NATURALEZA y mucho más si están incluidos en el deporte, en el deporte que les gusta, que eligen por PASIÓN. Como entrenadores o como papás, tenemos que tener bien en claro que cuando el niño dice NO es NO, cuando no quiere entrenar más significa BASTA. RESPETAR EL DESEO Y EL INTERÉS DEL NIÑO. (Podría seguir desarrollando mucho más, pero la intensión es que lo lean y tenga un indicio de la importancia del conocimiento real y no del VAGO CONOCIMIENTO)
Carlos Heredia
Profesor de Educación Física
Psicólogo Social