La mañana de domingo fue un vaivén de condiciones climáticas. La concentración se dio bajo una llovizna persistente, pero un rato antes de largar el agua paró y el clima era ideal para la bici: fresco, húmedo, nublado. Sin embargo, una vez que los participantes estaban en la barda, se desató una fuerte tormenta sobre Allen. Los cañadones se convirtieron en ríos, los senderos en greda y barro y el Desafío a la Ermita, en una aventura totalmente impredecible.

Antes de largar a los ciclistas de las categorías Principiantes, Promocionales y Competitiva, los organizadores resolvieron no recorrer el circuito largo y que los más experimentados hagan 2 giros al recorrido promocional. Fue una determinación basada en las condiciones de la barda, en el extremo norte del circuito mayor. Las partidas de los y las ciclistas fue a ritmo controlado por la zona urbana, hasta pisar el ingreso a los senderos marcados.
La gran sorpresa llegó momentos más tarde, cuando ya todo el lote de 105 participantes estaba en la barda. La lluvia volvió, tomó intensidad con rapidez y de repente se venía el cielo abajo. Para evitar mayores inconvenientes, se decidió que todos dieran una sola vuelta al circuito promocional y regresaran a la sede de Amanecer.
Aunque fueron menos kilómetros, la aventura fue una locura: los cañadones arrastraban mucha cantidad de agua y sedimento, haciendo imposible pedalear. Las bicis se llenaron de barro y greda, la intensa lluvia no dejaba ver nada y el camino quedó intransitable.
Algunos ciclistas confesaron que el panorama fue de desconcierto y temor. La fuerza de la tormenta cayó sobre los corredores con actividad eléctrica y granizo. El caudal de los cañadones daba miedo. Entre ellos se fueron acompañando y ayudando, haciendo el sufrimiento un poco más llevadero. Cuando cruzaron el arco de llegada, sus rostros y sus rodados daban cuenta de la dureza del desafío. Gracias a Dios, nadie salió lastimado ni sufrió daños materiales importantes.

Pasado el mediodía la lluvia se esfumó y salió un sol radiante que acompañó la espera de la premiación. La entrega de reconocimientos cerró la jornada de la primera edición, que sin dudas quedará en la memoria de todos. La organización hará su balance y sacará sus conclusiones del evento. Es la primera vez que el grupo Sin Vueltas Bike se pone al frente de una carrera, por lo que seguramente habrá cosas para mejorar y evaluar en detalle.








